Corre fuerte el rumor de que el Gobierno está planeando crear un impuesto a la herencia. Sería una necedad, porque no recaudaría gran cosa, sería farragoso, sería un expolio, invitaría a la evasión y generaría un costoso impacto en la confianza de una población y de un empresariado que recién se está recuperando del susto de Repsol.
Es más, podría incluso generar masivas
manifestaciones de protesta clasemediera por hartazgo, tal como está
sucediendo en el Brasil. Ollanta le pone un impuesto a la herencia y se
queda sin herencia política…
– Me extraña mucho que el oficialismo haya
propuesto al ministro Cateriano como magistrado del TC, dado que sus
furibundos antiaprismo y antifujimorismo lógicamente generarán un veto
de parte de estos. Al menos que sea una jugada maquiavélica del Gobierno
(o sea, Luis Favre) para tirarse abajo las negociaciones para designar a
estos y así favorecer la permanencia de los actuales, más dúctiles e
inclinados a soltar a Antauro. Incluso los apristas están convencidos de
que Cateriano está detrás de las denuncias de los ‘narcoindultos’ y más
de uno comenta: “Alan se le escapó con las justas a Cateriano en 1990 y
ahora no quiere que se repita la historia. Además, esta campaña le ha
hecho subir sus bonos con la pareja presidencial. Sobre todo con Nadine,
que no puede ver a Alan ni en pintura. Y de paso, Cateriano distrae las
investigaciones contra Toledo, el adorado hijo político de su líder
máximo Vargas Llosa”.
– ¡Qué congresista tan nefasto es Yonhy
Lescano! Le metió la mano a la ley del Servicio Civil y la fregó toda,
quitándole la meritocracia y, encima, tratando de insertar una
negociación colectiva general que desfondaría al Estado. Ya que se pase
al Frente Amplio. Es de allí…
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