Hay cosas que tienen que cambiar ya en nuestro país por imagen, comodidad y ahorro de precioso tiempo, más aún cuando hay dinero en las arcas públicas. Una de esas cosas es la conectividad con el aeropuerto limeño.
Hace rato que por lo menos una autopista
debería unir directamente a este tanto con la avenida La Marina como con
el circuito de playas (y a ver cuándo la Villarán por fin entrega esas
obras. ¡Hasta ahora me asombro de cómo un sector de limeños pudo ser tan
estúpido de no revocar a esa inepta sideral!). En realidad, hace rato
que La Marina también debería ser una vía expresa, así como todo Javier
Prado. No puede ser que salgas del aeropuerto, como me sucedió ayer, a
las 7 de la mañana, y encuentres un atasco impresionante en ese
monumento a la vergüenza que es “la autopista de Kouri”. Aparte de la
vergüenza de tener que explicarles a los extranjeros que tal es la real
cara de un país al que les han dicho que está en boom y del estrés de
tener que lidiar con mil salvajes que te meten el carro como sea para
avanzar (dos cosas definitivamente no sabemos hacer los peruanos:
manejar y jugar fútbol. ¡Somos los peores en Sudamérica en ambos
rubros!), es demencial que la ciudadanía pierda aquello que es lo único
irrecuperable en la vida: su tiempo.
Como también es hora de que se acabe ese
absurdo chequeo de papeles a los automovilistas que van al aeropuerto.
¡Se generan colas innecesarias para algo de tan pocos efectos prácticos!
Lo mismo con esa tontería de escanear las maletas de los viajeros al
llegar aquí. Con aranceles tan bajos y tantos TLC,
es un exceso de la Sunat ponerse a complicar el flujo de salida. ¿Qué
tanto te pueden meter de contrabando anualmente por allí? Casi nada. No
jodan por gusto pues.
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