Hagamos un poco de política-ficción… ¿Quién sería el candidato oficialista para 2016 de actuar cuerdamente Nadine y no postular? Pues uno mira los cuadros nacionalistas y lo único que se atisba allí es la ministra Ana Jara; Abugattás, Marisol Espinoza u Otárola están descartados por ser la antilujuria electoral, y ya no hay más. Jaime Delgado podría ser, pero no es del partido y no le veo jalando C/D/E urbano y rural-provincias como Jara.
Es más un producto para A/B (y, tal vez, C
superior), para primer vicepresidente en la ‘plancha’. Jara es mujer,
mestiza, provinciana y elocuente… ¡Cuidado que por allí aparece –de la
nada, como sucedió allá– nuestra versión local de Michelle Bachelet!
Porque más balas carismáticas que Nadine y Jara no tiene el oficialismo.
Observo, algo divertido, este intento de
volver un enclave de Surco a la chorrillana Villa (mejor que se
constituyan como distrito nuevo), pero es cierto que ya es necesario
racionalizar la atomizada distritalización de Lima aglutinando distritos
pequeños y poco viables con otros más grandes y más ricos. Remitámonos
al mapa (como diría Belaunde) para dar ejemplos a debatir: Barranco
debería ser parte de Miraflores (o Surco). La minúscula Santa Rosa
debería integrarse a Ancón. Punta Hermosa, Punta Negra, San Bartolo y
Santa María deberían ser un solo distrito. Lince debería repartirse
entre San Isidro y Jesús María, lo mismo que Magdalena entre San Miguel y
San Isidro, así como Breña entre Jesús María y Pueblo Libre, mientras
que San Luis se cortaría entre San Borja y La Victoria. Y Surquillo
debería volver a ser miraflorino. En cuanto al Callao, se deberían
aglutinar los chiquitos La Perla, Carmen de la Legua y Bellavista (La
Punta es un ‘distrito-boutique’. Intocable).
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