Siento decirlo, pero no confío en la imparcialidad del Sr. Pablo Talavera cuando vea mi caso contra San Martín en el CNM. Multitudes me han llamado para advertirme que es un incondicional de San Martín al 101%.
Le pido, Sr. Talavera, que por favor se
inhiba. Lo mismo al Sr. Gonzalo García Núñez, un izquierdista ‘siomista’
a quien critiqué muchísimo cuando estuvo en el BCR y en otros campos.
Ayer, un comunicado del PJ me vuelve a dar la
razón pues dice que una causa que está al voto no tiene efectos. ¡Y eso
constató el notario tras la fecha de la prescripción: que mi causa
estaba al voto! Y me extraña que ese comunicado no consigne para nada el
artículo 155 del CPC, que establece que “las resoluciones judiciales solo producen efectos en virtud de notificación”, lo que me da la razón ABSOLUTAMENTE.
Ni La República (salvo la web) ni La Primera
han publicado una sola línea de mi caso desde que empezó (De Epensa lo
entiendo. Allí ni hubo siquiera la delicadeza, tras ocho años de
labores, de mandar por lo menos una simple esquela de pésame por la
reciente muerte de mi padre). ¡Tal es el compromiso periodístico de sus
directores Lévano y Mohme con sus lectores! Después pontifican…
¿Se imaginan el chongazo que hubiera armado la rojicaviarada si le hacen una cosa así con una prescripción a AAR o a RMP?
¡Ya estarían hasta publicando notas en los diarios españoles! ¡Jacinto
Díaz estaría marchando! ¡Sus tuiteritos aullando! Conmigo, silencio.
Así son…
¿Por qué el ahora inquisitivo Henry Pease no
le pregunta también al inquisitivo Mohme cómo logró que el banco
gestionado por Bertini –banquero que conversaba con Montesinos. Y en ese
mismo banco la Karp laboraba– le cediera el 30% de un canal de TV sin
poner capital? ¡Todo un caso para el Harvard Business Review!
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