martes, 4 de junio de 2013

Autonomía argollera


Leo las protestas de las universidades públicas en defensa de “su autonomía” y sonrío. ¡Si algo debería acabarse en el sector educativo superior estatal son esas argollitas! Son un desastre en lo administrativo y pedagógico, dando una pésima enseñanza (¡un nido es mejor que la San Antonio de Abad!) o no preparando a la gente en las carreras que realmente demanda el país (o si no en terrorismo, como antes la San Cristóbal de Huamanga…). Y todo con nuestros impuestos.



Pero tampoco el inepto Minedu debería gestionarlas. Lo más cuerdo sería concesionarlas a agentes privados experimentados (imagínense a MIT administrando a la UNI) a cambio de una retribución, sin, por supuesto, afectar para nada el necesario subsidio al estudiante inteligente sin recursos. Pero no una gratuidad al 100%. Ese subsidio debe tratarse como un préstamo muy blando y a muchos años para pagarse durante la vida profesional.

No conozco al Sr. Manuel Delgado, pero copio su reciente carta a Caretas, donde aclara sobre falsos valores santificados: “Pregunto: ¿El mérito de JDC de ser consecuente con sus ideas es positivo o negativo? Dos ejemplos. Sybila Arredondo (nota: senderista convicta y confesa), viuda de José María Arguedas, fue capturada en la década del 80 con un auto lleno de materiales explosivos. JDC encabezó un colectivo solicitando su inmediata liberación. Después, durante las elecciones de 1990, a Fujimori le descubren 25 casas que había vendido sin pago de impuestos. A JDC se le pregunta si apoyaría una comisión investigadora y su respuesta fue: “¿Aquí es más importante vencer a la burguesía”. Y eso que no enumero sus ideas contrarias a la inversión. ¿Abimael Guzmán y Alberto Fujimori por ser consecuentes tienen mérito?”.



101% de acuerdo… ¡No a los falsos ídolos o a la falsificación de la historia!

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