martes, 1 de septiembre de 2009

Un asunto muy grave

Los que tenemos buena memoria, recordamos cómo el Parlamento en el segundo belaundismo le levantó la inmunidad y desaforó a toda velocidad al diputado oficialista Reynaldo Rivera Romero en 1983 (no estoy seguro si Valentín Paniagua o Dagoberto Laynez presidían entonces esa cámara), tras detectársele un posible vínculo con el narcotráfico. La misma rauda y enérgica actitud deben tener LAC (que como ex ministro del Interior conoce muy bien de los alcances de este flagelo) y este Congreso con Nancy Obregón en cuanto a sus fueros. No puede ser que un ex asesor de confianza de esta dama, tan cercana a los cocaleros, haya caído nada menos que con... ¡140 kilos de cocaína pura! y no se apoyen investigaciones al respecto, con el inmediato levantamiento de la inmunidad parlamentaria de esta congresista (que ella misma debería pedir).

No digo a priori que Obregón sea culpable de nada y quiero pensar que ella no estaba al tanto de las actividades de este sujeto, pero el tema es gravísimo y no creo que Ollanta o su bancada sean tan ciegos de no colaborar a que se inicien las pesquisas correspondientes. Lo mismo para el resto del Congreso. Sería un mensaje funesto para el mundo que el Poder Legislativo peruano no sea diligente en estos menesteres. Dejamos que comience a formarse en el exterior la percepción de que somos un "narcoestado", o que somos tolerantes con el tráfico de cocaína, y todo se puede ir por la borda.

- Que Yoshiyama pase a ser el "hombre fuerte" del fujimorismo en su plan de gobierno le da un cariz distinto a la campaña de ese grupo, que pasaría de un mensaje confinado a la liberación de su líder a una propuesta mucho más integral. Yoshiyama es un cuadro de lujo, que combina don de mando, grandes dotes administrativas y amplios conocimientos tecnocráticos. Lo que le falta en carisma le sobra en capacidad de gestión y es precisamente el tipo de appa-ratchik ejecutor, del "hacedor" que se extraña en los demás partidos y en el gobierno actual. ¡Van a compararlo con Verónica Zavala, Arana o Cornejo! Fue un gran impulsor de reformas durante el pasado régimen fujimorista y su lamentable salida significó el reforzamiento de las tendencias estatistas de Alberto Fujimori, quien de liberal no tenía nada y se dedicó a paralizar toda la agenda pendiente de cambios (y a permitir la corrupción a gran escala de Montesinos dentro de su locura de buscar la reelección) cuando el muy imbécil obtuvo mayoría absoluta en el Congreso en 1995 y gozaba de una opinión pública absolutamente favorable a las privatizaciones y demás reformas. Fujimori frenó las concesiones de aeropuertos y puertos, no privatizó Sedapal ni las empresas eléctricas y rechazó ofertas increíbles, como los US$2 mil millones que le ofrecieron por la vetusta central del Mantaro, amén de mil desatinos más. Su segundo periodo pudo ser espectacular, pues tenía todos los ases de la baraja. Pero el muy torpe se dedicó a borrar con la mano izquierda lo bueno que hizo con la derecha...

De todas formas, y nos guste o no, el fujimorismo va a ser una fuerza política importante en los próximos años, así que es mil veces mejor que personas dinámicas, reformistas, probas y capaces como Yoshiyama o Santiago Fujimori (¿se habrán amistado?) sean los principales soportes administrativos de la inexperta Keiko si es que ésta llega al poder, en lugar de dinosaurios estatistas y corrompidos como su padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario