jueves, 16 de abril de 2009

Al borde

Gracias, Sr. Embajador en EE.UU. Valdivieso, muchas gracias por este brusco frenazo económico que hemos tenido en enero y febrero por su genial decisión de recortar en un tercio el gasto público en diciembre y enero por su corta mentalidad fondomonetarista. Y Alan estará tan feliz de que le haya fregado todo, pues le hizo, sin tener mayores pergaminos diplomáticos, nuestro representante en el destino externo más importante (bueno, también mandó a un sinamista/velasquista a Montevideo). ¡Sólo un "mago" puede joder así a un país y encima recibir tamaña recompensa! 

También gracias, mi estimado Julio Velarde. Te tengo mucho aprecio y el mayor respeto académico, pero tu falta de atrevimiento para bajar las tasas agresivamente desde noviembre ha colaborado mucho con la magia negra de Valdivieso. Le faltó un directorio más técnico que te diga más las cosas. 

Como bien escribió ayer Kurt Burneo (que a veces la chunta de lujo. Es de lejos el mejor economista opositor, muy superior a los siempre descaminados Campodónico, Francke, Schuldtz, Félix Ovidio Jiménez, etc. Desgraciadamente, a Matuk y a Marthans los pierden su resentimientos contra Carranza), el BCR ha abierto el paracaídas a 10 metros del suelo, como el coyote del Correcaminos. 

Gracias también al ex contralor Matute, tan efectivo, tan colaborador y tan dinámico en que las cosas se agilicen... Felizmente que este obstruccionista de marca mayor ya se largó de allí y lo mejor que haría es optar por un decoroso silencio en lugar de salir a decir tecno-bobadas solemnes para hacerse el interesante y pretender hacernos creer que fue eficiente. 

Y gracias Alan por mantener en el cargo al nocivo Valdivieso hasta enero, que ya desde noviembre muchos le advirtieron que urgía sacarlo antes de que termine de empantanarnos. 

También gracias a Jorge del Castillo, que obstaculizó que el hábil Jaime Saavedra del Banco Mundial reemplace a Carranza en lugar de Valdivieso, solamente por darle la contra a Carranza y hacerle caso a los ciegos de derecha (e izquierda) que creían que la inflación era por un exceso de demanda -bueno, peor estaban Carlos Adrianzén y Federico Salazar, que insistían absurdamente en que el aumento de precios era por excesiva emisión monetaria; ambos se quedaron en los 80- cuando era evidente que ésta se originaba por un alza externa desmedida del petróleo, soya, trigo, etc., y que le recomendaron a Valdivieso. 

¡Buena, frenaron el auto justo cuando había que darle más viada para subir la cuesta! Es hora de tomar medidas dramáticas para evitar la recesión. Que en especial el BCR y el Congreso se desahueven, que el primero baje un punto más la tasa de interés ya y el segundo se ocupe de legislar agresivamente para empujar el crecimiento en lugar de dedicarse a tonteras. Por ejemplo, de una vez liberar del excesivo y surrealista control de Contraloría, como sugiere el MEF, esa decena de proyectos para que salgan rápido. 

Y hay que poner todos los ojos en los ministros Cornejo y Vílchez, que de sus carteras claves depende en gran medida la ejecución de la obra pública. Hay dinero para sus carreteras, puentes y viviendas. ¡Ejecuten! Lo mismo que los alcaldes y presidentes regionales, pues ya no se pueden tolerar tipos tan ineptos como el arequipeño Guillén. 

Iba a escribir sobre la previsible encuesta y el mesías Castañeda contra el antisistema y el fujimorismo, pero este campanazo de febrero es mucho más urgente que tratar sobre hechos para los que faltan dos años. 

Aún podemos evitar la recesión.

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