martes, 14 de abril de 2009

Para el juez San Martín

El jurado presidido por César San Martín debió por lo menos leer Muerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda y El Crimen de La Cantuta de Efraín Rúa antes de declarar tan, tan, tan tajantemente que los abatidos por el grupo Colina de esa universidad no eran senderistas (algo que además no venía a cuento jurídicamente en la sentencia a Fujimori, por lo que sonó a frase politiquera). Uceda y Rúa son dos acuciosos investigadores cercanos a la izquierda local, así que nadie puede tildarlos de "fujimoristas". Nada justifica ese horrendo crimen, pero tampoco San Martín puede aseverar eso con tanta seguridad y sin temer faltar a la verdad. Es en honor a ésta que transcribimos reveladores extractos de ambos libros sólo para conocimiento del lector:

"Cinco de los muertos (nota: aquí el autor se refiere a la matanza de Barrios Altos) trabajaban como heladeros de los productos D'Onofrio. El estudiante sanmarquino Luis Antonio León Borja y los heladeros Oscar León, Filomeno León y Manuel Ríos tenían antecedentes por terrorismo. Filomeno León había sido visto visitando a algunos presos en el penal de Canto Grande (...) El móvil: la venganza por la muerte de soldados (nota: se refiere a la llamada 'masacre de los Húsares de Junín') que formaban parte de la custodia presidencial" (Rúa, página 87) 

"El agente Abadía (...) infiltrado por el SIE en sectores ultraizquierdistas, aseguró que un grupo de vendedores ambulantes de helados hacían el seguimiento de las personas que iban a ser asesinadas por Sendero Luminoso en Lima (...) De acuerdo con la información de Arteaga, los heladeros senderistas se reunían en una casa de Barrios Altos, en el número 840 del jirón Huanta (...) Allí, el 3 de noviembre, se llevaría a cabo una pollada bailable (...) Pero en realidad, según Arteaga, el dinero se destinaría a la compra de medicinas y ropa para presos senderistas" (Uceda, páginas 283-284) 

"De acuerdo al informe (nota: de agentes de Inteligencia infiltrados en La Cantuta), la influencia senderista alcanzaba el 100% en la facultad de Pedagogía (...) en Ciencias Sociales, la influencia llegaba al 80%, en Artes y Humanidades, al 50%, y en Electromecánica, al 30%. En total se identificaba a 55 personas vinculadas a Sendero. Entre ellas 7 autoridades. 3 decanos, 5 profesores principales, 5 docentes, 4 estudiantes, 8 estudiantes del frente de defensa y 2 profesores del régimen mixto. Al profesor Hugo Muñoz se le consideraba como responsable del Movimiento Intelectual Popular" (Rúa, página 80) 

"Era el centro de estudios más penetrado por Sendero Luminoso en Lima. Todos los servicios secretos sabían que sus militantes pernoctaban en la vivienda estudiantil" (Uceda, página 321) 

"Nunca se comprobó que las víctimas (de La Cantuta) contribuyeran al atentado (Tarata), aunque la filiación senderista de varios de ellos era más o menos evidente" (Uceda, página 321) 

"Eran las 9:15 de la noche del 16 de julio de 1992 cuando un grupo de desconocidos estacionaron apresuradamente dos camionetas y abandonaron la cuadra dos de Tarata. Unos agentes de seguridad siguieron a los jóvenes prófugos (...) los vigilantes lograron herir a uno de ellos (...) dos coches-bomba con 750 kilos de explosivos. 22 muertos y 200 heridos" (Rúa, página 105) 

"Había circulado el rumor de que la noche anterior el profesor Muñoz y otros estudiantes habían ingresado en la camioneta del primero. Al hacer la revisión de rigor, el vigía descubrió una mancha de sangre (...) el profesor dijo que habían ido a matar animales para una reunión" (Rúa, página 107) 

"Desde los años sesenta, el profesor Hugo Muñoz había estado vinculado a Sendero Luminoso. Con su primera mujer, la senderista Nilda Atanasio, viajó a China Popular, en 1979, y en los ochenta, luego de la separación entre ambos, continuó vinculado a la facción marxista-leninista-maoísta-Pensamiento Gonzalo en La Cantuta" (Uceda, páginas 333-334) 

"Posiblemente fue en 1968 cuando (Hugo) Muñoz conoció a Abimael Guzmán, el hombre que se convertiría en su orientador ideológico" (Rúa, página 43) 

"Nilda Atanasio era considerada una de las pupilas preferidas de Guzmán" (Rúa, página 48) 

"... y (Atanasio) pasa a formar parte de Sendero, luego de producido el rompimiento con Patria Roja. Se casa con Hugo Muñoz" (Rúa, página 46) 

"Muñoz (...) sólo lo hacía con amigos de confianza, a los que expresaba algunas veces su simpatía con el senderismo" 

(Rúa, página 51) 

"Los adversarios de Muñoz lo acusaban de ser el hombre de logística de Sendero. Afirmaban haber visto salidas de camarotes, medicinas y alimentos al penal de Canto Grande". 

(Rúa, página 64) 

"Fue después del 90 que Armando (nota: Armando Amaro Cóndor, otro de los estudiantes abatidos de La Cantuta) decidió irse a la vivienda universitaria (...) en esos tiempos, la policía afirmaba que la vivienda estaba controlada por el senderismo y que todos los que vivían en ella eran amigos o simpatizantes de la organización" (Rúa, página 38) 

"En 1991 (nota: se refiere a Robert Teodoro) se convertiría en delegado de los internos, al igual que (Marcelino) Rosales y (Felipe) Flores Chipana (nota: son tres de los estudiantes abatidos de La Cantuta). Desde entonces, muchos lo vieron como senderista" (Rúa, página 39) 

"Durante la requisa en los cuartos del internado, uno de los soldados encontró un video que alguien había tratado de hacer desaparecer. La grabación permitió detectar a algunos estudiantes que actuaban en la universidad de manera casi pública. El objetivo era propagandístico e iba a ser distribuido por los senderistas en el exterior. Las primeras imágenes mostraban la Carretera Central, en la que se veían pintas senderistas (...) Un coro de niños apareció interpretando canciones alusivas a la lucha senderista (...) la cámara se detuvo frente a un grupo de tres estudiantes. Sólo uno dio la cara: los que vieron la filmación reconocieron el gesto de sorpresa de Juan Mariños (nota: otro estudiante abatido de La Cantuta)". (Rúa, páginas 69-71) 

"Fue en esos días que Dora (nota: Dora Oyague, quien estuvo entre los estudiantes abatidos de La Cantuta) se encontró con algunos viejos amigos de una academia preuniversitaria, quienes tenían comprobada militancia izquierdista. Los amigos la recordaban como una muchacha afable, ajena a la polémica, pero esa imagen cambió cuando ella acusó a la gente de Izquierda Unida de comportarse de mala manera (...) Les dijo que actuaban como 'soplones' al denunciar a ciertos compañeros que militaban en Sendero" (Rúa, página 78) 

"(Bertila Lozano, también estudiante abatida de La Cantuta) Otros simplemente la calificaban de 'terruca'. Ella preguntaba en voz alta por los senderistas y por los jefes, decía que quería hablar con ellos, saber acerca de sus postulados (...) Le gustaba hablar en los mítines estudiantiles con un verbo radical. Se le veía haciendo pintas, agitando consignas en las marchas estudiantiles. 'Montón colosal de basura', 'ovillo gigante de gusano', gritó alguna vez a un grupo de profesores al que se mantuvo como rehenes a lo largo de todo un día. Junto a ella estuvo un grupo de estudiantes, entre los que se recordaba a Dora Oyague y Robert Teodoro (...) Su situación se fue complicando cada vez más. Una vez un canal de televisión llegó hasta su habitación para entrevistarla como 'mando senderista' (...) En los primeros meses de 1992, los Agentes de Inteligencia Operativos (AIO) destacados en La Cantuta la calificaron como 'senderista' en un documento (...) Allí se decía que Bertila iba a Raucana a hacer proselitismo senderista..." (Rúa, páginas 78-79) 

"'¡Se van, he dicho que se van!' estalló Rivas (...) sus compañeros lo miraron extrañados, uno de ellos intentó protestar. '¿Qué vas a hacer? No hay orden de matarlos. Estamos yendo al Servicio de Inteligencia del Ejército' le increpó (...) el sujeto que se le opuso insistió en su negativa, dijo que el coronel Federico Navarro, jefe de operaciones especiales del Ejército, no había hablado de ejecuciones. Rivas lo acalló nuevamente '¡He dicho que se van!' (nota: discusión previa a la ejecución de las víctimas de La Cantuta)" (Rúa, página 12) 

"Sosa preguntó luego a Navarro si habría que ejecutar a los detenidos (de La Cantura). Navarro respondió que no. 'Hay que detenerlos, interrogarlos y llevarlos al cuartel La Pólvora'" 

(Uceda, página 324)

1 comentario:

  1. Si Aldo Mariátegui lee esto quiero que sepa lo siguiente:

    1. leer el texto de Zegarra sobre Fujimori ha sido interesante. No estoy de acuerdo pero él autor ofrece una argumentación razonable. Sin agravios, sino con ideas.

    2. Es usual que AM recurra a columnistas y blogueros cuyos contenidos corta y pega cuando él mismo carece de argumentos. Esto demuestra su escasa y muy pobre capacidad de analista político. Dígame el administrador de este blog si es necesario agraviar, insultar, difamar para sustentar una postura como a menudo AM lo hace. Cree ud. fehacientemente que son "buenos artículos". Expliquenos en que radica esto.

    3. La investigación periodística de Uceda quedó desbaratada en el juicio. Los estudiantes no eran terroristas. Por favor, no se convierta ud, (el administrador de este blog) en parte del coro que continúa difamando la memoria de las víctimas. Creo que ud. sabe de la gravedad de seguir afirmando hoy en día. Recuerda cuando Martha Chávez decía que los estudiantes se autosecuestraron? Así como se presume la inocencia de Fujimori también asumimos la inocencia de esos jóvenes.

    4. Por supuesto que venía al caso mencionar que no eran terroristas porque no fueron enjuiciados ni tuvieron la oportunidad de defenderse.Y se menciona esto sabe por qué? Porque, así como a fines de la II Guerra Mundial había gente que sostenía que el Holocausto fue un cuento y una exageración (o sea que no hubo campos de exterminio) de la misma forma se quiso (y se continúa) afirmando que los estudiantes de La Cantuta y el profesor eran terroristas como un medio para atenuar la responsabilidad de los inculpados.

    Recuerde ud. y Aldo Mariátegui que esos jóvenes fueron ejecutados de un disparo en la nuca, quemados, enterrados, desenterrados y vueltos a enterrar, y que la misma noche después de la ejecución los asesinos festajaron el éxito de la operación.

    5. Fujimori encubrió a Colina, entorpeció las investigación, negó la existencia de este grupo, recibieron sus felicitaciones, favoreció la impunidad mediante la amnistía. ¿Qué es lo que no quería que se supiera Fujimori? Su participación en la concepción de las tareas del Grupo Colina.
    Entre noviembre de 1991 (Barrios Altos) y julio 1992 (Cantuta) Colina cometió otros asesinatos. Son 8 meses en los que se desplazaron libremente utilizando logística de las FFAA y Fujimori ¿no sabía nada? Diariamente recibía partes de inteligencia y su asesor en esta rama no lo puso al tanto? ¿ES posible ignorar esto durante tantos meses y no hacer algo para sancionar a los responsables? Dígame señor Aldo Mariátegui (y el administrador del blog) ¿cuál es la explicación de esto?

    Podría continuar, pero temo que esto caiga en saco roto. Si lo ha leído hasta el final, espero que no haya sido en vano.

    Carlos Arturo Caballero Medina
    DNI 29636274

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