sábado, 18 de abril de 2009

La perfidia chilena

Nuevamente Chile juega a la carta ecuatoriana, con Bachelet tratando de involucrar a nuestros vecinos norteños en el contencioso marítimo, aprovechando esta cumbre presidencial de Trinidad y Tobago. Se busca así revivir el viejo eje Quito-Santiago, que tanto cultivó Pinochet (quien fue instructor militar en Ecuador) y que llegó a su clímax bajo el gobierno del democristiano Eduardo Frei hijo -que hoy intenta volver a La Moneda contra el derechista Piñera- con la venta de armas a Quito en pleno conflicto del Cenepa y siendo Chile nada menos que garante del Protocolo de Río de Janeiro (recordemos también que nuestros "amigos" argentinos procedieron igual, pagándonos así nuestra ayuda en la Guerra de Las Malvinas; ese fue el fin del viejo amor y fascinación peruanos por los platenses), así que queda claro que no hay mayores diferencias entre la izquierda y la derecha chilena con respecto al Perú.

Es que si hubo una falla en el feliz desenlace del Tratado de Paz con Ecuador en la época de Fujimori fue que a Torre Tagle no se le ocurrió incluir entonces un tratado de límites marítimos con los norteños. Eso le hubiera cerrado la boca a las intrigas chilenas y calmado las inquietudes que en Quito suscitan los remanentes antiperuanos. Lo que pasa es que con los ecuatorianos no existe en principio ningún problema, dado que el Perú allí sí reconoce el paralelo como frontera marítima por la existencia de islas, caso que no se da con Chile. Por eso, un acuerdo de límites en los 90 hubiera sido ideal. Ha trascendido que Torre Tagle lo intentó plantear en los últimos años, pero Quito ha esquivado el tema.

Es que Chile anda medio desesperado. Nosotros no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar, mientras que para ellos una victoria sólo mantendría el statu quo y una derrota no sólo golpearía a la vieja soberbia mapochina, sino que les haría perder la zona marítima donde está concentrada la mayor parte de su pesquería exportadora de harina, basada en el jurel. Perú sumaría esta pesca a la suya y se afianzaría de lejos como el primer productor de harina y aceite de pescado. Los chilenos vendieron poco más de US$500 millones en el 2007 (no pude conseguir los datos del 2008), así que tampoco hablamos de una bicoca. Y saben que nuestra posición viene sólida: los expertos estiman que tenemos prácticamente ganados los puntos del límite a partir de la playa y el tema del llamado "mar exterior", teniendo muy buenas posibilidades de triunfar en el establecimiento de la línea equidistante. Por eso, Bachelet -que sospecho que no expulsó a Fujimori a su patria Japón, como era su potestad, para enviarlo aquí y así abrir divisiones entre los peruanos (además que arrastraba el trauma de un padre muerto a manos de la represión pinochetista)- está moviendo estas piezas con Ecuador. Torre Tagle debe estar alerta, pues Chile es la "pérfida Albión" (término inventado en 1793 por el poeta francés Agustín de Ximénez para denominar a Inglaterra) de Latinoamérica.

Lo que sí me parece muy bueno es que todo apunta a que Obama levantará el bloqueo a Cuba. Ya es hora de que esa estupidez arcaica acabe, pues sólo ha servido como arma propagandística de la dictadura militar-ideológica de los hermanitos Castro, esa que tanto le gusta a los fósiles comunistas César Lévano y Javier 0.5% Canseco, dinosaurios que no reconocen que allí se vive una tiranía y con gran concha se llenan la boca con los derechos humanos.

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