A algunos le parecerá exótico o huachafo que hoy me centre en la crisis política española, pero con una Europa cuya moneda pende de un hilo, lo peor que le podría pasar es que la frágil recuperación (dicen que la hay, tengo mis dudas) del quinto país más importante de la zona euro se vaya por el desagüe ante la perspectiva de la caída del gobierno de Rajoy y un posible adelanto de elecciones, que casi seguramente daría un parlamento sin mayorías y, así, sin la potencia necesaria para salir de esta casi depresión que lo que fue la antigua Iberia vive.
Como ya es conocido, Bárcenas, el tesorero del
gobernante Partido Popular (PP), está ya en prisión por haber montado
un sistema de corrupción mediante el cual repartía ‘sobresueldos’ a gran
parte de los jerarcas del PP, corruptela que se alimentaba de un gran
fondo de dinero al que aportaban ilegalmente las grandes empresas
constructoras locales, que en esos momentos gozaban del gigantesco ‘boom
del ladrillo’ que emborrachaba a España (allí se construían al año más
viviendas que en toda la Unión Europea).
Pues Bárcenas ya comenzó a ‘cantar’. Primero,
aparecieron unos ‘recibos’ sobre la ‘contabilidad’ de esta corruptela
donde aparece que el premier Rajoy también recibió dinero. Y este fin de
semana han aparecido un serie de mensajes de texto entre Bárcena y
Rajoy que son posteriores al inicio del escándalo y en donde se aprecia a
un primer ministro que está desesperadamente tratando de negociar
salidas con un delincuente e instándole a mantener la calma. Ya la
oposición socialista del PSOE (que tampoco
está llena de angelitos) ha pedido la renuncia de Rajoy, y esta semana
promete ser muy movida. Sería terrible para España que caiga su gobierno
en plena crisis económica. Guarda que esta crisis política española
revienta al euro y tenemos una hecatombe financiera mundial.
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