Los viejos limeños decían “le cayó el huayco” para graficar la situación de una persona que repentinamente desmejoraba mucho. Eso le ha pasado a Humala de acuerdo a Datum: de un 60% de aprobación ha caído al 39%…
21 puntos menos en tres meses! Es muy difícil
precisar este descalabro, pero especulemos. Desde una óptica limeña,
percibo una serie de razones sumadas: alzas de precios en bienes claves
(pollo, dólar y gas); la inseguridad ciudadana; lentitud en la actividad
económica; costoso blindaje a Toledo; declaraciones antipáticas,
primitivas y altisonantes (“panzón”, “pelucones”, etc.); desgaste por
ataques de actores curtidos como APRA y el
fujimorismo (“reelección conyugal”) provocados gratuitamente; desagrado
por ese pelearse con todos (hasta con la comatosa y servil izquierda);
el costo político de realizar reformas valientes (como Servir) o
inútiles (como el servicio militar); la negativa a indultar a Fujimori
(mucha gente gusta de la clemencia. Dárselo también le hubiera restado
puntos. Y tal vez más), la casi salida de Antauro de prisión; la falta
absoluta de obras para mostrar; el impacto de Repsol en los agentes
económicos; el caso de las donaciones; el hartazgo con tanto
protagonismo de Nadine (la fiesta de cumpleaños fue el peor error que
ella ha cometido en términos de popularidad. ¡Comenzó a caer pesada!).
Probablemente el número más feo de todos es aquel referido a la
confianza en Ollanta: el 81% prácticamente no confía en él. ¡Auch!
Pero Humala tuvo un promedio de aprobación
del 45% entre junio y noviembre del 2012, así que este casi 40% no sería
tan terrible como marca invernal. Curiosamente, alcanzó un 55% de
promedio de aceptación en los dos veranos que lleva…¡Así que por eso no
quiere barrigas! ¡Ollanta es playero, todo un “surfer”!
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