Pilar Freitas debe ser una de las personas menos indicadas para el cargo de Defensora del Pueblo.
No sólo la descalifica sus cuestionadas
actuaciones sobre el toledismo en la Fundación Canevaro y un sinfín de
directorios, sino una intervención que es la mayor mancha negra en su
C.V. : la persecución a Baruch Ivcher, concretamente el horripilante
intento de encarcelar a su hija Michal por una legal transferencia de
acciones que buscaba impedir que, por un zarpazo, los Winter ocupen el
canal. Como procuradora del fujimorismo, Freitas llevó adelante con
esmero esta faena, que tanto le interesaba a Montesinos, y cuyo sustento
legal, al parecer, partía directamente de su asesor Pedro Huertas.
Freitas alega que sólo se limitó a cumplir su labor de defensora de los
intereses del Estado y que no sabía que Montesinos estaba detrás de esta
campaña. Creeremos entonces en su inocencia y su tremendo candor, pero
ya está descalificada para el cargo. A mí como procurador me encargaban
que persiga a una chiquilla para quitarle el canal a su padre e ipso
facto presentaba mi renuncia por razones de consciencia. ¡Ni Arbizu le
hace eso a los apristas o fujimoristas! Y como abogada capaz que es no
se iba a morir de hambre si se iba del Estado. Alguien que adolece de
esos estándares no puede ser Defensora del Pueblo. Ese cargo demanda ser
absolutamente impoluto de cualquier sospecha. No a Freitas. ¡No!
- ¿Qué que opino de la renuncia de Nadine a
una candidatura presidencial oficialista para el 2016? Que las palabras
se la lleva el viento y que no creo que Ana Jara sea el recambio. No me
cuesta imaginármela diciendo en diciembre del 2015: “Ante el
multitudinario reclamo del pueblo peruano, he reconsiderado mi
decisión..”. Ni hombre que llora, ni mujer que jura ni político que
promete…
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