martes, 4 de febrero de 2014

Fin del eje Quito-Santiago


En USA suelen decir que solo un derechista durísimo como Nixon podría haber abierto relaciones sin problemas políticos con la ultraizquierdista y antiamericana China de Mao (que curiosamente siempre decía que prefería negociar con extranjeros derechistas).

Aquí algo así ha pasado con Humala, pues quién iba a decir que un nacionalista antichileno y revoltoso como él iba a llevar –hasta ahora, por lo menos– con tanto tino todo el proceso de La Haya. Y posiblemente hubiese sido un desastre que este proceso lo hubiese gestionado Keiko, PPK u otro presidente con Humala en la oposición. Después de tanta marcha y declaración tontamente chovinista que este antes daba tan irresponsablemente me imagino que ahora estaría jodiendo y saboteando todo este proceso, agitando la bandera y armando lío junto con su padre y su hermano, con Nadine de ‘waripolera’.

Otra consecuencia grata de este proceso fue la ruptura definitiva del viejo eje Quito-Santiago, como se acaba de lamentar públicamente el asesor Mayra de Bachelet. No solo Ecuador no se inmiscuyó sino que hasta Correa tuvo la generosidad de firmar con Lima un muy oportuno tratado de límites marítimos, lo que le quitó argumentos a Santiago. Ya Ecuador dejó de ser nuestro resentido enemigo y hoy es nuestro hermanón.

También ha sido bueno que el Perú haya aplicado políticas de Estado y haya habido continuidad en el proceso, con Wagner y Joselo de agentes, liderando el mismo equipo que dejó García. Los más curioso es que el proceso ha caminado tan bien a pesar de que este Gobierno ha tenido los peores cancilleres en décadas: un torpe velasquista y una señora que no sabe nada del tema.

Y lo más maravilloso es que estemos por resolver civilizadamente un contencioso fronterizo sin cañonazos, como en los siglos XIX o XX.

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