Grandes aliados de la derecha

En España se utiliza la expresión “ese tiene un morro tan grande que se lo pisa” para definir a los adoradores de Conchán. Pues el exregidor Eduardo Zegarra se llevaría cargada la concha acústica del Campo de Marte sin problemas.

¿Cómo alguien tiene la poca vergüenza de aceptar un puesto en la Municipalidad de Lima tras haber sido vacado? ¿Tan mal está de plata? ¿No se acuerda que prometió tras ser vacado que no laboraría allí? ¿No tiene palabra? ¿Y la frívola de Villarán no tiene el criterio suficiente como para darse cuenta de que esto es un escándalo que indigna a la ciudadanía y que solo provoca que la aborrezcan más, que la gente no cesa de repetir que no ha habido peor alcalde que ella, y que es una buena autoridad solo lo afirman aún los inmensos idiotas que votaron a favor de que se quede en la revocatoria?

Pero, la verdad, hay que agradecerle. Pocos han hecho más por destruir la imagen de la izquierda que Villarán. Gracias a ella se les ve como ineptos, palabreros y argolleros, amén de cositas feas que ya van apareciendo y que hablan en portugués. Tenían razón esos cínicos que me decían que no me oponga a su elección, que solos se iban a quemar en el cargo por inútiles románticos, y que bien valía la pena que Lima se vaya al diablo para que la izquierda demuestre que no vale nada.

Otro al que hay que agradecerle desde la derecha es a Gregorio Santos. Gracias a su terca estupidez se cayó el rojimio gabinete Lerner y se acabó la izquierda en el Ejecutivo. ¡Ese viraje de Ollanta bien valía Conga! Me falta Mocha, cuya falta de sangre para quedarse en Montevideo también deshizo a la zurda. ¡Gracias Eduardo, Susana, Gregorio y Mocha! ¡Son los mejores aliados de la derecha! ¡Ni Abimael, padre indirecto del actual neoliberalismo peruano, lo hizo mejor!