No me parece nada mal que hayan decidido subir
el ingreso de los ministros y viceministros. La medida tomada años
atrás por Alan García fue muy demagógica y lo único que consiguió fue un
ahorro franciscano en comparación al gasto presupuestal total (casi
S/.119 mil millones) y ahuyentar a la gente más capacitada de esos
puestos. Como bien reseñó Gestión el otro día, un gerente general de
punta en Perú anda ganando un promedio de US$18 mil mensuales, solo por
debajo de sus pares de Brasil y Chile. Hay que ser muy patriota para
dejar el sector privado y ganar muchísimo menos como ministro (9 mil
soles netos), además que es casi seguro que uno deja la cartera con
enemigos y una recatafila de juicios y los Yonhy Lescanos de siempre
promoviendo comisiones investigadoras en el Congreso.
Entiendo que para un peruano promedio sonará
obsceno que se diga que 9 mil soles no es una remuneración atractiva,
pero es que estamos hablando de otras ligas, de gente que por lo general
puede alcanzar sueldos mucho más altos debido a sus capacidades (se
supone que cualquiera no debería ser ministro). ¿Ustedes han leído el CV
de Castilla, Saavedra, Rubio, Laos, Cornejo, De Habich o Von Hesse?
Cualquiera de ellos podría estar ganando un dineral en estos momentos
con esos estudios y experiencia (aunque hay que admitir que cuando dejan
de ser ministros la experiencia y los contactos ganados suben aún mucho
más su cotización laboral). Van a pasar ahora de cerca de US$3 mil a
US$7 mil netos, pero eso aún tampoco es mucho para sus CV, aunque suene
una pequeña fortuna para el 90% de los peruanos y se preste para la
demagogia que de todas formas se va a dar y que debemos rechazar por
absurda si examinamos el tema fríamente, como el entomólogo al insecto.
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