Recuerdo que mi difunta abuela materna me contaba cómo de adolescente había visto cantidades de ataúdes desfilar frente a su ventana en el Callao cuando la feroz gripe española llegó aquí en 1919. Esta plaga, posiblemente la más virulenta del siglo XX, afectó al 20% de la población mundial y mató a cerca del 5% de los seres humanos en aquel entonces. Diezmó a 25 millones de personas en 25 semanas, mientras que el sida reportó el mismo número de bajas en sus primeros 25 años. Mató más gente que la recién acabada Primera Guerra Mundial. Desde entonces, los epidemiólogos advierten que esto podría repetirse. Curiosamente, un virus no es un ser vivo sino una estructura biológica muy primitiva que necesita invadir una célula para replicarse. ¡Cómo una cosa tan elemental puede exterminar a un ser tan complejo como un humano!
Y curioso, el sida nos impidió volver a tocarnos sexualmente de forma despreocupada. Ahora existe la posibilidad de que los humanos no nos besemos ni demos la mano por un buen tiempo. Cómo nos deshumanizan las enfermedades... ¡Me imagino que pronto Giacosa dirá que esta enfermedad la ha creado Bush y otros que el fin del mundo se acerca!
Hace unos años se nos acusó de exagerados cuando advertimos repetidamente sobre la posibilidad de que estalle una pandemia mortal con la gripe aviar y que urgía aprovisionarnos masivamente de Tamiflu, la única droga que funcionaba y que también ahora, junto al Zanamivir, es el mejor antídoto. Felizmente, la cosa no llegó a mayores, pero la amenaza pasó cerquita (y no tenemos Tamiflu almacenado). Ese virus mutaba y lo de hoy sería muchísimo peor, porque las aves lo podían transportar a todos lados, amén de que era aún más agresivo que esta variedad, a la que mal se ha llamado "gripe porcina".
Encima esta plaga se está dando en medio de una gran crisis económica mundial, a la que agravaría con los costos sanitarios que podría tener de desatarse la pandemia. Y las barreras al comercio que se impondrán... Miren nomás a México, donde seguramente el turismo y las exportaciones se desplomarán.
- Correa barrió en Ecuador (malo darle tanto poder a un solo hombre) y la única oposición que tiene ahora al frente se centra en Guayaquil, donde Jaime Nebot -curtido político, muy similar al Luis Bedoya Reyes de los 60- fue reelegido alcalde por tercera vez con más del 60% de los votos. También Pierina Correa, hermana del Presidente, fue derrotada en su aspiración a ser prefecta de Guayaquil, un puesto muy estratégico. Como el Estado de Zulia en Venezuela, la ciudad de Santa Cruz en Bolivia y Lima aquí, a Guayaquil le toca ser la barrera para impedir que el hegemonismo chavistoide domine absolutamente la política ecuatoriana. A nivel nacional sólo ha quedado la figura de Lucio Gutiérrez, depuesto en abril del 2005, que arañó el tercio de los votos, porque los otrora poderosos partidos Socialcristiano e Izquierda Demócratica ya desaparecieron. Pero Lucio es muy errático e indisciplinado, una especie de Toledo con uniforme, y no lo veo como un líder fuerte de la oposición, mientras que Nebot no trasciende más allá de Guayaquil y lo quieren poco en Quito (es un país bastante fragmentado entre "monos" -los costeños- y "serranos"). De todas formas, dolarizado, con remesas a la baja y sin un precio atractivo del petróleo, posiblemente Ecuador sea el país que más sufra la crisis económica mundial en Latinoamérica.
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