Publicado el 01 de Abril de 2009
Esta mañana asistiremos a un espectáculo singular, cual es ver a un ex presidente de la República defendiendo su libertad desde el banquillo.
Solamente el caso de Leguía es algo similar, aunque este último -fallecido en prisión- lo que menos tuvo fue un juicio justo, amén que fue maltratado de una manera impresionante durante su cautiverio (lo confinaron inicialmente a una celda asquerosa antes de moverlo al Hospital Naval, no se respetó nunca su dieta médica y a menudo no dejaban que ingrese su urólogo para ayudarlo a miccionar, pues sufría de la próstata. Sus inexpertos familiares tenían que introducirle una sonda por el miembro, con los tremendos dolores consiguientes) y no fue procesado por algo tan serio como asesinato.
Felizmente ya somos un país menos bárbaro, ya no nos gobiernan personajes tan brutales como el sicópata sanguinario Sánchez Cerro y Fujimori ha sido tratado con la mayor consideración, algo que él muchas veces no tuvo con sus rivales.
Va a ser muy interesante observar hoy a Fujimori, que a estas alturas ya debe estar convencido de que le impondrán una larga condena (y aún faltan varios juicios). ¿Por dónde orientará su defensa? Presumiblemente será un discurso político, con un largo recuento de sus obras y lleno de apelaciones emocionales hacia el pueblo peruano. No será un alegato jurídico, sino más bien una perorata que justifique sus actos y a la vez busque impactar positivamente en las aspiraciones políticas de su hija Keiko.
Parece remoto que saque algún as bajo la manga, alguna sorpresa sísmica que nos vaya a hacer tambalear a todos, como han asegurado sus seguidores, pero tampoco es imposible. Recordemos que se habló mucho de los videos que se llevó a Japón y debe saber bastantes cosas de mucha gente. De todas formas, Fujimori se juega mucho hoy y por eso va a ser interesante escucharlo. La última función de este largo y tedioso proceso por lo menos va a estar muy entretenida.
- No hay nada que hacer que Mario Vargas Llosa es bien patriota. Tras su ingrata experiencia con la Comisión Uchuraccay en los 80, donde se avino a presidir unas investigaciones sobre esta masacre -lo que le costó mil insultos desde la izquierda y algún molesto problema judicial-, nunca me imaginé que se fuese a meter en otro berenjenal de éstos. No me gustan para nada algunos de sus acompañantes en esta tarea, como el ícono caviar Salomón Lerner de la desafortunada CVR, el curita rojimio y figuretti (¡llegó incluso a permitir que lo pinten como un apóstol de Cristo en la catedral de Chimbote!) de Bambarén y el ex gonfalonero velasquista Enrique Bernales, ese gran impulsor de la estatización de la banca, pero le deseo suerte.
Ojalá la hábil caviarada no lo capture mentalmente. Ojalá que no se ciegue -como a menudo- por sus amistades, como ya vimos en esos elogios desmedidos que hace poco lanzó a ese inmenso despropósito de su amiga la escultora Lika Mutal que es el infeliz "Ojo que Llora". Ojalá pues que esto no nos polarice más, como la CVR.
Lo que sí me pregunto es si ya Ántero Flores Aráoz presentó su renuncia irrevocable. El desaire que le ha hecho Alan García al nombrar a Mario Vargas Llosa para este cargo tras su agrio debate con éste es simplemente inaguantable.
Yo en su caso le tiraría el fajín a la cara.
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