Decepcionantes las explicaciones de Nadine Heredia sobre estos extraños ingresos por casi US$10 mil que ha recibido desde Venezuela y Arequipa por supuestas consultorías. Comenzando por esa contradictoria decisión de ir a leer un comunicado al Congreso para hacer un show cuando desde el comienzo le negó a este último la capacidad para investigarla, aduciendo no ser un personaje público, lo cual es muy discutible: no sólo es la esposa de un importante candidato presidencial, sino que fue parte protagónica de la campaña electoral de éste y es una alta dirigente política del nacionalismo. No veo por qué el Legislativo no puede convocarla si hasta se pretendió que el futbolista Claudio Pizarro desfile por allí.
Como era de esperarse -algo que es típico de los siempre llorones humalistas-, apeló a la victimización (siempre es "cobarde" criticarlos, ¡ja!) con esa tontería de una persecución política, de que sufre una guerra sucia, de que investigarla es antidemocrático... En un libreto previsible que seguro le escribieron Tapia y Wiener, le echó el pato a Alan García, jugó el rol de la moderna madre que "tiene derecho a trabajar" y, temerariamente, al igual que el irresponsable congresista Abugattás, culpó sin pruebas al Banco de Crédito y a Dionisio Romero (evidentemente, no vamos a revelar nuestras fuentes, pero por allí van frío, frío. ¡Ja!). Y eso tampoco constituye una respuesta a los cuestionamientos. Es como si Montesinos le hubiera echado la culpa al difunto Guillermo Wiese, a finales de los 90, por la filtración que usó Del Castillo para denunciar cuentas en el desaparecido Banco Wiese. No creo que cualquier denuncia que Nadine haga contra el BCP prospere mucho y mucho menos que la gente se trague esa obvia maniobra distractiva.
Como bien comentó Fritz Du Bois, sería interesante saber si Nadine Heredia ganó montos similares de dinero antes de que su esposo ingrese a la política. Llama la atención que se le pague tanto dinero a una bisoña consultora que no es para nada de las "top" y que es bastante desconocida. Nadine tiene unos estudios muy promedios en la mediana U. de Lima (Comunicaciones) y en la PUCP (Sociología, un programa poco demandado), y no ha salido a perfeccionarse al extranjero ni tiene tampoco posgrados locales interesantes, como los de ESAN, la Universidad del Pacífico o la Universidad de Piura. Tampoco ha practicado o trabajado antes en un sitio grande y prestigioso, tipo McKinsey, PriceWaterhouse, Métrica, Arellano, KPMG, etc... ni ha publicado nada o enseña en algún sitio prestigioso. No tiene un perfil profesional como para cobrar siempre más de US$4 mil mensuales, que tal parece ser lo mínimo que exige por sus servicios para poder mantener a su voluntariamente desocupado marido. Estimo que sus escasos pergaminos no justifican más de US$1,000 mensuales, y siendo generosos. También llama la atención que una empresa arequipeña que habría facturado un millón y medio de soles contrate a una consultora que le sale por cerca de S/.200 mil anuales. Y tampoco es que Nadine sea muy exitosa en sus consultorías, porque la empresa venezolana donde dice de modo rimbombante que asesoraba a la "Alta Dirección" terminó cerrando...
Además, tiene unas explicaciones que insultan la inteligencia. Eso que le contestó a La República sobre que "el contrato también hablaba de redactar noticias, pero noticias para que los medios de comunicación las transformen. Como una agencia de noticias" es sencillamente un disparate.
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