– Le fue mal a Villarán en esta elección. Ni sus “lavanderas” ni su “indiada” votaron por su izquierda, pero asusta el porcentaje tan alto de limeños con una lesión cerebral profunda.
Esta irremediable neuropatología se ha manifestado epidemiológicamente en esos 300 mil afectados que sufragaron por la roja TYD.
Este fenómeno revela la existencia de un porcentaje muy elevado de
minusválidos adultos de este tipo en nuestra capital, seguramente porque
la hipersensibilidad política de izquierda quema aún más los lóbulos
frontales que la pasta básica de cocaína y así los afectados pierden sus
capacidades racionales, todo debido a ese síndrome denominado TYD, que clínicamente corresponde a las siglas ‘Teratología y Disgenesia’. Una solución –parcial– al síndrome TYD
sería la abolición de la ‘Ley Seca’ solo para los militantes de la
izquierda, pues estudios recientes publicados en The Lancet y The
American Journal of Neurology revelan que los ‘controles’ rojos votan
mucho mejor mientras más alto sea el porcentaje de alcohol en su sangre.
A más trago, menos izquierda y más lucidez. Y también mejoran si
mientras liban les pones Brain Damage, de Pink Floyd (“The lunatic is on
the grass/remembering games/and daisy chains and laughs/got to keep the
loonies on the path…”). Fascinante.
– El PPC no puede
golear ni jugando solo. Festejar un 30% como un gran triunfo es absurdo,
es como que el Real Madrid se regocije por ganarle 1-0 a los suplentes
del Unión Minas. Un 40% era lo mínimo que debieron obtener. Pero así
somos aquí, tan poquitas cosas que celebramos resultados malos. ¿O no se
acuerdan de las matadorcitas del vóley perdiendo absurdamente una
semifinal casi ganada con China, tirando la toalla con Brasil por la
medalla de bronce y aun así endiosadas? Fascinante.
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