– Vaya, vaya, de las cosas que uno se entera… Resulta que el juez San Martín trabajó –como también muchos izquierdistas– en la reforma judicial fujimorista 1996-98, según los contratos PNUD 972177 (S/.8,100), 960685 (US$22 mil), 960547 (US$2,300), 960301 (S/.4,000) y 981726 (US$3,000 al mes), labor que no veo que mencione en su CV actual.
Anteriormente (1993-94) fue asesor del
ministro fujimorista de Justicia Vega, así que nunca se hizo problemas
en servir al régimen que le echó del PJ en 1992 (me dicen que eso habría
sucedido por haber liberado a un cura belga acusado de terrorismo, que
escapó después). Vaya, vaya…
– Interesante que el Congreso les haya puesto
una acérrima rival a los caviares para examinar sus gestiones (¿o
negocios?) con los derechos humanos. Martha Chávez, a diferencia de
otros, no se va a ‘chupar’ o ser ‘políticamente correcta’ en su
seguimiento. De esta fricción podría salir la verdad sobre por qué se
gastó tanto (¡casi US$20 millones de la época!) en la CVR,
por qué hubo tanta ‘argolla’ al repartir chamba entre la izquierda, por
qué se ‘inflaron’ las bajas o por qué se quiso imponer el indignante
término “conflicto armado interno” a una agresión terrorista. Y para
supervisar que ese museo de la memoria (regalo, inconsulto a los
vecinos, del tronchado exalcalde Masías –de carísima tierra miraflorina–
a la caviarada y a los Vargas Llosa para congraciarse y ser reelecto.
¡Le siguen despreciando y no ganó!) no resulte un centro de propaganda
caviar.
– Por más que Villarán haya salido ayer a
apoyarle, su gerente edil Castro tiene que irse. Es ‘rochoso’ que tantos
familiares estén haciendo consultorías al municipio y todas tan
casualmente al filo para no ir a concurso público. ¡Si no, hasta Jacinto
Díaz le va a hacer un plantón!
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