El sábado ocurrió un hecho geopolítico vital para Perú, que sin embargo no ha tenido la repercusión debida (¡más aún con la cercanía del fallo de La Haya!): la ruptura definitiva del Eje Santiago-Quito por las declaraciones a favor de la salida al mar de Bolivia por Correa y la durísima e inamistosa réplica de Piñera (“no corresponde ni es ACEPTABLE la interferencia de terceros países”).
Santiago ya venía molesto con Quito desde que
este se desmarcó de la posición chilena de La Haya y luego firmó sus
límites marítimos con Lima, lo que nos es valiosísimo. Algún día se
reconocerá la excelente gestión de Joselo en Torre Tagle, que debió
continuar allí hasta finiquitarse La Haya en lugar del inú-til de
Roncagliolo o la extraviada en el puesto de Eda Rivas. Pero nuestro
eternamente desconcertado país jamás tendrá políticas de Estado, como
Chile, y aquí más bien calichinas como Nadine deciden tragicómicamente
quienes serán los cancilleres, sea por simpatías o por sí allí tocan
mujeres por “cuotas de género”… Bueno, si su ginecóloga es embajadora en
una relevante capital europea como París, al otro inútil de Eguiguren
lo ha colocado en la embajada europea más importante para nosotros,
“cochebomba” Lynch estuvo en Buenos Aires como otro correligionario
pendenciero en Caracas y a los ine-fables Mocha y Willy los ha mandado a
Uruguay y Honduras como premio consuelo, junto a Rudy Vega en Managua.
El mismo Forsyth no da para Washington; no debería haber pasado de
Atenas o Panamá.
En fin, esto siempre ha sido cheverengue y Nadine jugando a Talleyrand o (¿o a María Antonieta? ¿Ollanta es su Luis XVI?)
es tan sólo un incidente más de nuestra ultrafolclórica nación. Se
acaba el eje Santiago-Quito… ¿Se habrán enterado Nadine y Eda Rivas?
¡Hello chicas! ¡Hello Kitty!
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