Si bien un gobernante no debe obsesionarse con las encuestas, esta caída libre de Humala lo está llevando a límites villaranescos y eventualmente toledianos. Además, lo que más llama la atención es la velocidad y el poco tiempo que ha tomado ese desplome, que incluso ha abarcado a Nadine.
Y el mensaje ya está claro: cambiar de premier
y buscar uno que sea un interlocutor político válido y de peso para
llegar a una “detente” con la oposición e insuflar confianza a la
economía. El problema es que si las suspicacias de Humala y la
intromisión de Nadine permitirán a un premier más protagonista, más
autónomo, que no imite a ese distraído secretario que es Jiménez. Y si
también existe alguien que no solo tenga las características requeridas
sino que quiera arriesgarse. Jiménez se ha percatado de que es un lastre
que resta, y por eso ha extendido la mano a la oposición, en
coordinación seguramente con Chehade, y esa oferta de un arresto
domiciliario para Fujimori a cambio de una ‘Pax Naranja’ (parece que con
el APRA no hay ganas de buscar una tregua,
además que 36 congresistas fujimoristas pesan más que cuatro apristas a
la hora de votar). Pero no estoy tan seguro de que el fujimorismo quiera
darle aire a Jiménez a cambio solo del arresto domiciliario. Lo que es
evidente tras esta encuesta es que Jiménez ya está en coma, y si llega a
diciembre sería mucho.
- ¿Desde cuándo preguntarse si existe algún
profundo problema psicológico –o psiquiátrico– en los deportistas
peruanos para que pierdan partidos prácticamente ganados es
“insultarles”? Hay que ser un imbécil redomado para sostener eso. Y
también ser otro para aplaudir ese disparate. Si siguen así, tuiteritos,
les voy a regalar discos de La Sarita (¡Por Dios, qué malos son!
Malograron el concierto de Los Cadillacs.
¡Elevan la sordera a virtud!
¡Elevan la sordera a virtud!
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