¿Y se imaginan la tremenda crisis política que ahora estaríamos viviendo si es que Toledo hubiera sido elegido presidente por segunda vez y si se hubiera descubierto esta compra en Casuarinas?
La pregunta es legítima de formular, dado que
ha trascendido que Toledo/Karp/la suegra estuvieron a punto de adquirir
otra mansión en esa urbanización en plena campaña. O sea, iban a comprar
de todas maneras. ¡Qué poco tino!
Y ayer nada quedó aclarado en el Congreso,
donde la única defensa relevante de Toledo fue llevar a unos gritones.
Tal vez la única salida a este enredo que le evite prisión aquí o en
EE.UU. (como Portillo), sería alegar que usó dinero de lo que le sobró
de las donaciones para la campaña y así transformar en un manejable lío
privado lo que puede ser un calvario penal y público: una cosa es
“cabecear” (ya pasó con las cuenta de la plata de Soros) a tus donantes y
otra ser acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
¿Y qué va a pasar con la bancada de PP? Dos
tercios de ella son invitados… ¿El piurano Castagnino, o el
huancavelicano Monterola no migrarán a sitios menos insalubres
políticamente? ¿Le valdrá la pena seguir tras un líder quemado (el
arequipeño Falconí sí resultó más chakanista que Eliane. ¡Ayer defendió
mismo viuda a Toledo!)? ¿Y los chakanos Mora, Omonte o Tait se bancarán
este escándalo? Dicen que el PPC y PPK
ya les están haciendo ojitos a todos estos y que Bruce también anda
conversando con sus excorreligionarios… Esa es la política: el arte de
ubicarte a tiempo.
Y seguimos esperando los sendos comunicados del Scotiabank y del BCP
detallando su participación y posición frente a este serísimo escándalo
político. Esto es demasiado gordo como para aplicar la política del
avestruz.
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