jueves, 4 de julio de 2013

¿Habrá divorcio total hoy?


No sé si fue por un riesgo calculado, por si las cosas se dieron así por los tiempos congresales o por desplante torero, pero la aprobación este martes de la ley de Servicio Civil (algo muy positivo), en vísperas de la jornada de protesta de hoy de la CGTP, le va a dar combustible a la misma.


 Veamos si la separación de cuerpos entre Ollanta y la izquierda ya es total o si Huamán aún controlará sus huestes por aquello de todavía anhelar una posible reconciliación (no olvidemos que la CGTP llegó a controlar, como no lo hacía desde Velasco, el Ministerio de Trabajo a comienzos de este régimen). Por el grado de violencia callejera se podrá medir la profundidad de la ruptura entre el oficialismo y la izquierda. Y estas peleas suelen ocurrir. Ya se vio incluso entre Evo y la COB o entre Cristina K y el sindicalismo peronista.


Uno no puede menos que contemplar con envidia las recientes primarias electorales chilenas, donde los dos principales bloques han elegido a sus candidatos presidenciales (Bachelet y Longueira, respectivamente) con el voto voluntario de millones de simpatizantes. Esa sí es una muestra de un sistema político muy institucionalizado, a años luz del nuestro y de la mayoría de Latinoamérica (solo Costa Rica y Uruguay tienen democracias igual de institucionalizadas). La izquierda local ha anunciado que va a organizar una elección similar, pero eso suena a promesa a lo Villarán…



Los resultados muestran una gran polarización, tipo la yanqui de estos días. Bachelet se ha puesto rojita, con un plan de convocar a una nueva constituyente, subir los impuestos a la renta y crear una AFP estatal, mientras el brillante Longueira se asemeja a un republicano gringo. No creo, como sostienen algunos, que Bachelet la tenga fácil: Longueira es muy, muy hábil.

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