miércoles, 17 de julio de 2013

Paichile


– Ayer se cumplieron 21 años del feroz atentado senderista en Tarata. Entre las secuelas existe una que me hace hervir la sangre: la leyenda que tiraron los caviares sobre que “Lima fue indiferente al terrorismo hasta Tarata” y que más de un imbécil repite para hacerse el interesante.
 

¡Esa es una falsedad descomunal! La ciudad ya había sufrido una multitud de atentados, y soy un testigo vivo de la época de cómo el terrorismo ya era la preocupación principal del limeño promedio. Cuando escuchen ese dislate, callen al descerebrado que ose afirmarlo.

– Me entero que el empresariado chileno está iniciando la producción de paiche allá. Como se sabe, aquí, una excesivamente discreta iniciativa filantrópica del grupo minero Hochschild financió las investigaciones que condujeron a que se descubriera cómo criar en cautiverio a esta especie, garantizando no solo su amenazada supervivencia, sino iniciando una oferta exportable. Los chilenos, guste a algunos o no, son muy hábiles para aprovechar las oportunidades. Ya vimos cómo introdujeron en su escandinavoide sur a una especie nueva como el salmón, y hoy son el segundo productor mundial. Algo similar sucedió con la trucha, y ya exportaron casi US$3 mil millones en 2012 entre ambos productos. Con ese expertise piscícola y emprendimiento, no me sorprendería que eso ocurra pronto con el paiche, que puede alcanzar los US$22 por kilo, además que allá no estará sujeto a tallas mínimas para la venta, como pasa en la Amazonía. No nos quedemos dormidos que, si no, los mercados mundiales pronto identificarán al paiche con Chile y no me sorprendería escuchar oírles hablar del “paichile, ese delicioso pez proveniente de nuestra Araucanía chilena”. Existen vivos porque existen los tontos…

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