Todo esto de la “concentración de medios” es una falacia desde que el lector ‘vota’ cada día con su bolsillo al comprar su diario favorito. Si a la gente le gustase La República, entonces este medio vendería mucho más que unos tan magros 25 mil ejemplares de promedio diario en Lima, tal como sucede con La Primera (18 mil) o ‘D-16’ (10 mil). Si a la gente le atrayese igual el Correo de 2012, entonces sus ventas no se hubieran desplomado 20% el año pasado.
Si al público le enamorara el interesante semanario de Hildebrandt, este no sería lamentablemente marginal. ¡Así de fácil! Es más, le apuesto que Mohme le metía los US$17 millones que iba a poner para comprar Epensa en fundar a todo meter un diario nuevo y no le iba a ir bien. Es un muy hábil gerente, pero su posicionamiento periodístico no es atractivo para el público: sus periodistas velasquistas ya están desfasados y ni el experimentado Gorriti pudo solucionar eso. Y también es mucho gerencia/marketing/plata: Tafur es un excelente director, pero no pudo con La Primera ni ‘D-16’ por eso.
El Comercio ha sido muy hábil en posicionar
velozmente como líderes a nuevas marcas como Perú21 (política), Trome
(sucesos) y Depor (deportes) o en repotenciar al siempre bueno Gestión
(economía) y al Canal 4. Si El Comercio es tan líder del mercado no lo
es “por concentración”. Lo es por su olfato marketero, sus periodistas y
su gerencia: satisface bien a su público y se administra/marketea bien.
La “concentración” es el argumento de una suma de perdedores: picones (Mohme), coleguitas resentidos (los otros fujimoristas AAR y RMP),
velasquistas que quieren reverdecer el control estatal (Lauer), viejos
rencorosos (Vargas Llosa), morosos tributarios (por respeto no le
nombro) y políticos temerosos (Ollanta).
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