– Reitero desde aquí mi justo pedido al juez Fidel Torres Tasso –pariente de Ollanta– para que atienda mi solicitud de que no se me apliquen restricciones judiciales mientras dure el proceso de mi amparo a su cargo contra ese abusivo fallo del juez San Martín, que fue increíblemente redactado (como se admitió en un comunicado) y notificado tras la prescripción de mi fallo (como se demostró con notario) y del que sospecho sería en represalia por revelar anteriormente su primer e-mail con sus “consultores” españoles.
De nada me va a servir ganar eventualmente ese amparo –si es que los jueces no se amilanan de encarar a San Martín, cosa que espero, aunque temo– si voy a sufrirlas desde este enero y salir de ellas solo por el mero transcurso del tiempo en lugar de por un fallo justo, pero tardío.
– Por lo visto, este déficit de comprensión de lectura detectado por la prueba PISA
en nuestros escolares se extiende hasta en la élite. Si no no se
explica cómo personajes como Salomón Lerner Febres (exrector de la
exPUCP), Mario Amoretti (CAL), Jorge del Castillo (APRA), varios coleguitas (AAR, RMP,
Claudia Blanco, etc…) o el fiscal Peláez lean esos nuevos aparecidos
e-mails entre San Martín y los abogados españoles y luego nieguen que
todo lo que allí fluye no es una consulta técnica –donde debe primar la
presunción de inocencia ante todo– sino claramente un “¿qué es lo mejor
que tengo que hacer para asegurarle una condena máxima a este?”.
– El rumor sobre el fallo de La Haya es que
le van a dar el mar a Perú en línea equidistante o similar a esta, pero
que vamos a tener que respetar los convenios pesqueros firmados
anteriormente con Chile hasta el paralelo. Por eso ya los chilenos
hablan de “implementación”. O sea, mar para Perú y pescado aún para
Chile (y Angelini).
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