miércoles, 25 de diciembre de 2013

Pareto en el Perú


Al salvajismo prepotente de las combis, la impericia del 90% de conductores, la multiplicación de las alucinantes mototaxis y la actitud suicida de los peatones se han sumado en Lima dos nuevas lacras:

1) Una especie muy peligrosa, que sale en mayores cantidades los fines de semana y feriados, que es el motociclista que lleva ‘deliverys’.

En su afán de llegar temprano y de hacer la mayor proporción posible de entregas, estos homínidos se meten contra el tráfico, se pasan las luces rojas o los cruces (el peruano promedio desconoce absolutamente qué significa la señal “Pare” o que la preferencial es por la derecha) y mil imprudencias más, que se magnifican con la nocturnidad de sus operaciones. Es bien fácil llevarte por delante a uno de estos con el auto, así que uno debe manejar aún con más cuidado en las zonas residenciales y de noche.

2) Una especie estúpida, que es conformada por los adolescentes –y los chiquiviejos– que usan patines, bicicletas y skates. Son también otros salvajes de mucho cuidado, que van contra el tráfico o al medio de la pista y que se saltan semáforos o cruzan calles sin mirar. Para mayor Inri, van en bandas y por lo general llevan audífonos a todo volumen, así que ni se enteran de los bocinazos. Hace poco casi me llevo a uno de estos descerebrados por el Señorío de Sulco (pues pululan por el malecón), cuando en la curva al juvenil oligofrénico se le ocurrió repentinamente cruzar la pista (¡y en diagonal!). Y como esa ya van varias. Se les ve bien equipados, educados y alimentados, así que presumo que la mayoría son del sector A/B o la élite económica, lo que confirma mi teoría que en el Perú no se debe aplicar el 80-20 del genial economista italiano Vilfredo Pareto para medir la masa de imbecilidad humana, sino el 90-10 (o menos).

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