Escalofriantes estos últimos resultados de la prueba internacional de educación PISA, donde somos los últimos en todo.
Y el trabajo que tenemos por delante es
titánico: Chile, que lidera Sudamérica, estima que le costará unos 15
años solamente para alcanzar la nota promedio de la prueba, mientras que
Argentina no deja de descender y ya solamente queda el recuerdo de lo
que alguna vez fue una de las cinco mejores escuelas públicas del mundo
en el siglo XX. ¡Con estos estudiantes vamos a tener puro izquierdista
en 10 años, dado que para ser rojimio o tienes una lesión cerebral o
careces de comprensión de lectura (eso se percibe en los tuiteritos que
me critican… ¡El 90% son unas bestias que no entienden lo que escribo!).
Para comenzar a solucionar esto se necesita
un estupendo ministro y continuidad en el cargo (además de dinero). Lo
primero ya lo tenemos en Jaime Saavedra, quien es sin dudas el peruano
mejor preparado para la tarea (tuve el privilegio de compartir aulas con
él y es brillante) a juzgar por sus pergaminos académicos y laborales.
Entonces, lo que deberían hacer todos los partidos políticos es
comprometerse a mantener a Saavedra en el cargo, por lo menos, una
década, gane quien gane en 2016 o 2021. Aquí ya es una cuestión de
sentido común para el bien del país, pues la educación no es de derechas
o de izquierdas.
Eso sería lo ideal, aunque no creo que se
adopte por miopía política. Si no veamos a este Gobierno, que debió
mantener a Joselo en Torre Tagle hasta finalizar el proceso en La Haya
que él inició, pero nuestra gobernante Nadine no lo tragaba. Encima,
nuestra regente usa las embajadas como premios para sus allegados (la
ginecóloga, Mocha, Willy, Eguiguren, Jiménez, Rudy, Forsyth) y ha
designado a dos ‘huesos’ como Roncagliolo y Rivas como cancilleres.
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