La verdad, no sé qué les pasó por la cabeza a aquellos que nombraron a Don Genaro administrador judicial de Canal 5 en febrero del 2003, con la complacencia política de Toledo, que ahora tiene la caparazón de ponerse a sermonear sobre el caso. Su gestión ha sido un desastre, desde la multiplicación geométrica de deudas de todo tipo hasta una decadencia productiva terminal. Como la otrora todopoderosa General Motors, que se acaba de acoger al Capítulo 11 (quiebras) en EE.UU., Panamericana Televisión está por ingresar a Indecopi este año en que cumple su 50 aniversario. Le deberían cambiar el nombre por GM: "Genaro Motors". Lejanos están los días en que Canal 5 reinaba en la tv local. Curioso: quien la creó, la hundió. Es que el reglamento de administración judicial, como me comentaba un observador, yerra al no prohibir que alguien que tenga interés en la empresa intervenida pueda asumir ese cargo. Permites jueces y partes, como el caso de Don Genaro. También urge reglamentar ese fuero "sui géneris" que ha surgido últimamente desde el Estado: el coactivo. Este se ha vuelto sobre todo el juguete favorito de los alcaldes.
Y como mucho de lo ocurrido estos días en Panamericana sabe a comedia, acudamos a la obra shakespeareana Bien está lo que bien acaba. Ha sido muy sano que la Sunat retroceda y que el correcto Cabello se aparte. No creo para nada que aquí haya habido una conspiración, sino que, atando cabos, tal parece que simplemente hubo un exceso de celo en los tecnócratas de la Sunat para evitar que llegue Schütz, meta a la empresa en Indecopi y comience un larguísimo proceso donde al final el ente recaudador no iba a ver ni un pelo (la reestructuración de Canal 4 fue muy rápida porque el Banco Wiese concentraba la mayor parte de las acreencias, amén que Bavaria puso buen billete al toque para solventar la operación y Toledo dio su importante venia política desde Palacio a este salvataje, orquestado por su hincha Mohme). Y la gente convocada en el comité asesor era de primera; no iban a verse irregularidades por ese lado. Lo que pasa es que las declaraciones previas de Don Genaro envenenaron ese operativo. Por eso, lo más sano y menos morboso es simplemente darle la vuelta a este episodio y no caer en payasadas como comisiones investigadoras congresales para buscar flashes donde al final no pasó nada.
Por allí cuentan que Cabello no sólo renunció por la bulla generada, sino que además salió espantado por lo que encontró en Canal 5. Dicen que halló que todo era mucho peor de lo que esperaba, que el hueco es inmenso, que no hay un mango, que el flujo de caja está muy distorsionado y que el desorden contable es tremendo. Es decir, una labor aún más ardua que la que tuvo que enfrentar el mítico Hércules para limpiar el establo del rey Augías, quien desvió dos ríos para hacerlo. Aquí parece que ni con el río Amazonas se hubiera podido...
¿Qué va a pasar ahora? Posiblemente el Grupo Schütz trate de vender rápido el canal. No creo en esos rumores de que va a ponerse ahora a realizar una oposición antisistema, fomentando, como dicen algunos, el humalismo o el fujimorismo. No veo al Tío Johnny haciendo olas y poniendo en riesgo su asilo suizo, ni a su hijo regresando a Lima desde las Bahamas para meterse en ese berenjenal y posiblemente terminar ambos aún más chamuscados.
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