martes, 16 de junio de 2009

Triunfó la horda

La verdad es que Yehude Simon debería imitar al millonario Donald Trump y escribir otro El arte de la negociación. Primero se le ocurre sacar a los demás representantes indígenas de las negociaciones a pedido de Pizango y lo convierte en todopoderoso y monopólico. ¿Conocía el romano "Divide y vencerás"? Luego Pizango se lo paseó por semanas con su intransigencia, hasta que se decide el desbloqueo (un desastre por la ineptitud de Cabanillas y sus generales, amén de que tenemos una Policía tan especial que tiene los fusiles AKM de adorno), con los resultados conocidos.

Se vuelve a negociar y Simon no sólo lo hace en cancha rival, sino que de frente se baja los pantalones sin nada a cambio (¿"negociación" o "rendición incondicional"?) y dejando además en offside al Congreso. Se suponía que el mayor activo de Simon había sido "enfriar" las protestas desde la salida de Del Castillo. ¡Acabó generando la más colosal de todas! Jamás debió ser premier. No daba la talla y lo trataron como un wétex. Este filme fue Pocahontas en la PCM, porque Simon resultó más "confucio" aún que esta Q'Orianka.

Ahora sí que debe irse cuanto antes, porque un zombie de premier es muy peligroso (va a intentar de todo para resucitar) y porque ya ningún burócrata le va a hacer caso en nada. Lo mismo con la increíble Cabanillas. Son "valor deteriorado", en jerga del FMI. Gracias a ellos triunfó la ley de la turba, la oclocracia. Ahora cualquiera puede agarrar su lanza, su ladrillo, su verduguillo o su varilla, bloquear una carretera e imponerse. Encima nuestra maltratada y mansa Policía ha quedado como la "genocida", la mala de la película. Y los nativos que cerraron pistas y asesinaron policías son unos héroes románticos, unos idealizados "buenos salvajes". Preocupa que el tiburón radical haya probado sangre y notado que la presa es débil y confusa. ¿Qué seguirá a esto?

- Un cuento personal. Como ustedes saben, ando en tv. Y el horario tempranero y el nocturno son los más rentables allí. Como El Comercio (EC) y La República (LR) son dueños del toledista y caviarón Canal 4, pues ambos intentan hacer puré desde sus medios a cualquier amenaza a su programación (y ensalzan al máximo cualquier producto suyo), más aún si te metes con esa mina de oro que es su sanguinario y populachero noticiero matutino, que casi no tenía competencia. Ayer la esbirra Ana Valenzuela volvió a insistir a la mala con eso desde EC. También yo podría inventar o "escoger" venenosos e-mails como "EC auspició el golpe de Velasco", "Carlos 'Garrotín' MQ fue el principal ideólogo del fascismo peruano", "EC envenenó por 50 años la política con su antiaprismo", "EC es un soponcio aburrido y confundido, de muchos encartes con pocas noticias, portadas cómicas por malas y ritual desperdicio de 'pepas'", "EC sólo vende 30 mil ejemplares diarios y recién se dispara el fin de semana (sólo por revistas gratis, avisos de empleo y catálogos)", "Primero los chilenos que Piérola", los juicios de González Prada o Pardo y Aliaga, las duras revelaciones de César Hildebrandt y Lucho García Miró... En fin... Y quien se encarga de eso en LR es la linda Maritza Espinoza, que perora como si fuera una estrella, pero que sólo carga descomunales fracasos profesionales como los superefímeros y narcotizantes programas televisivos Pecado original (Canal 9) y el genarista La hora de la verdad, bodrios de los que ni su gato se acuerda. O la dirección del diario Hoy, que duró sólo dos meses. ¡No le ha ganado a nadie y pontifica! Oportunidades tuvo. En fin.

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