Impactante el reportaje de Enemigos íntimos transmitido el lunes por la noche sobre Bagua (preparado por Mabel Huertas). Se aprecia el nulo apoyo del Ejército al operativo, con denuncias de efectivos de esa arma que abandonaron el lugar y con la imagen tragicómica de un helicóptero que lleva a un general EP como de paseo y que se larga tras echar una miradita sin evacuar por lo menos a los policías heridos. También se aprecia a un fulano de la Defensoría del Pueblo ayudando a escapar a gente capturada por revoltosa.
Pero lo más chocante es lo que se revela sobre la Estación N°6, tomada desde abril sin que vaya un pelotón militar allí (pues según precisa Gustavo Gorriti, hay un cuartel cerca), libere a los policías y siente un campamento para proteger las instalaciones petroleras, pues los nativos no suelen meterse con los militares (¿no vieron cómo los manifestantes no se acercaron al aeropuerto del Cusco cuando se puso soldados alrededor de éste?). Pero no, dejaron a esos 38 policías como rehenes por más de cinco semanas... ¿Cómo se permitió eso? ¿Cómo la ministra Cabanillas abandonó así a personal bajo su portafolio? Y en Enemigos íntimos aparece además una presunta tremenda responsabilidad de Radio La Voz de Bagua, esa que el cada día más despistado Augusto Álvarez Rodrich y otros "tontos útiles" quieren glorificar como si esa irresponsabilidad que incita a la violencia fuera "libertad de prensa" (en una democracia impecable como la española se ha cerrado varias veces al diario pro ETA Egin por mucho menos), al soltar al aire incendiarias historias sin confirmar que excitaron los ánimos de los nativos y que precipitaron la masacre. Estas turbas nativas se convirtieron en bestias enardecidas por el veneno que habrían escuchado por la radio y mataron al comandante Montenegro, para luego proceder a asesinar cruelmente a los policías. No me vengan ahora los caviares, las ONG Survival y Amazon Watch, el cura Bartollino y otros a exaltar a esos homicidas ni a justificar ese crimen tan horrendo, ni a disculparlo por putas "cosmovisiones", que así como los nativos están aptos para ser consultados sobre leyes complejas también lo están para saber lo que es un crimen cobarde y abominable. Se tiene que encontrar como sea a los responsables y castigarlos con la mayor severidad. Esa atrocidad no puede quedar impune.
Pero algo que debe aclararse es si es cierto que se le ordenó al general EP Contreras enviar un pelotón -en simultáneo con el inicio del desalojo de Bagua- para proteger a los policías cautivos y éste no lo hizo, aduciendo diversas excusas (el "clima". A Gorriti le dijeron que no había balizas. O sea, los chilenos invaden y nadie hace nada si no hay balizas. ¿Acaso no había un cuartel cerca, como alega Gorriti?). Esa inacción sería gravísima, de confirmarse, y tanto la ministra Mercedes Cabanillas como el premier Simon deben darnos todas las explicaciones al respecto.
Esto me recuerda la masacre de policías en Uchiza durante el primer gobierno aprista, donde tal parece que el Ejército desobedeció al entonces premier Armando Villanueva y al ministro del Interior Mantilla la tarde del 27 de marzo de 1989, cuando 300 senderistas mataron tras cinco horas de combate a 10 policías (masacraron a tres oficiales tras un "juicio popular" ) e hirieron a 14 ante la inacción de las tropas acantonadas en Tingo María y Santa Lucía. Recién llegaron los refuerzos al día siguiente.
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