domingo, 28 de junio de 2009

La verde sonrisa de Borge

Este "embajador" nicaragüense Tomás Borge es un personaje tan esperpéntico como su batracio aspecto físico, sus desfasadas ideas, sus extravagantes indumentarias, su huachafa retórica y sus respuestas infantiles. ¡Un casi enano que llama "pequeños" a otros! ¡Conchudo! Como mucho tonto rojo (valga la redundancia), cree que es un arma ingeniosa restregarme a mi abuelo y que eso me molesta. Es como esos chiquitos del colegio que se meten con la madre o la hermana del compañerito para buscar fregarlo y así empieza el ping pong verbal de "la tuya". ¿No le da la cabeza para algo con más peso? Bueno, es rojo y castrista, y para ser rojo y castrista en estos días hay que ser... Es de una necedad terrible defender la catastrófica dictadura de los decadentes hermanitos Castro a estas alturas, un fracaso histórico gigantesco que convirtió a un país en una cárcel regentada por un megalómano que hacía soportar horas de palabreo bajo el sol a esas pobres masas arriadas por los Comités de Defensa de la Revolución. Por lo menos el también insufrible Hugo Chávez pone sillas y sombrillas, aunque Daniel Ortega apenas sabe hablar.

Lo trágico es que Borge ya está viejo para el patio escolar. Que siga negando las matanzas de los indios misquitos a sus 79 años, pues es posible que en otro sitio y en un futuro no muy lejano le esté esperando un clima bastante más tropical por sus acciones. Bueno, qué se puede decir de un patético aspirante a "poeta" que escribe sandeces como "Al otro lado de la luna/y de este lado del sol/conocí a dos muchachos/mayores de edad y de prestigio:/ Kadafi y Kim Il Sun" o "La luz es persistente/y se llama Fidel./Así lo dice la gente./La voz es convincente/de este lado de la piel". ¡A esos disparates los llama "poesía"! ¿Por qué Torre Tagle le dio su venia a este "cuatrobalazos" para que venga a representar a Nicaragua en nuestro país? Algunos piensan que a nuestra Cancillería le apiadó sus ganas de reunirse con su familia peruana. También podría haber pesado el hecho de que es muy amigo de Armando Villanueva, o que Alan García le concedió increíblemente la Orden del Sol en su primer gobierno y que esta vez le dio sus credenciales de embajador en Piura incluso con un desfile militar.

Sin embargo, tal parece que Borge no sólo vino al Perú para acercarse a su gente y alejarse de sus juicios por violación de derechos humanos, sino por un feo escandalete relacionado con una ONG llamada "Sonrisa Verde", que presidía. Según diversas investigaciones periodísticas, Borge se habría embolsicado US$700 mil con la venta de unos terrenos de los cuales se habría apropiado en enero de 1990, poco antes de que el sandinismo dejase el mando, a través de una movida que hizo con otra revolucionaria. Es que allá se llama "la piñata" a la repartija que se hicieron los sandinistas de propiedades ajenas con "expropiaciones revolucionarias". Asimismo, Borge también tendría muchos terrenos obtenidos así en una zona llamada "El Mombacho". ¿De dónde? ¡Qué buen revolucionario! ¡Ni Lévano se la cree! Ja,ja,ja!

P.D. Esta columna regresa el martes.

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