La lección de fondo de los problemas en Andahuaylas y Sicuani es que urge una reforma integral del Estado, porque no puede ser que el dinero esté aparcado ante tantas carencias en la Sierra. Me acabo de enterar de que la consultora McKinsey, la mejor del mundo, rebajó hace dos años de US$4 millones a US$2 millones y medio lo que pedía para reformar todo nuestro Estado. O sea, negociabas y se la sacabas por US$2 millones a esta u otra consultora. ¡Increíble la miopía de García, del entonces premier Del Castillo, de la sobrevaluada Verónica Zavala (culpable de esta algarada de Andahuaylas porque no arregló nunca la carretera Ayacucho-Abancay. Si no pudo ni siquiera solucionar la salida de la cercana autopista Ramiro Prialé) y de la Confiep! ¡Carajo, qué significan menos de US$3 millones para cambiar integralmente al país de una vez! Encima García baja los sueldos públicos y espanta a la gente más capaz del Estado. ¡No tienen perdón! Si gana Humala o Keiko, no se quejen.
- Nuestra última encuesta CPI-nacional confirma -coincide casi como un clon con la de Apoyo- que la pésima operación de desalojo realizada por el gobierno le ha costado una muy fuerte caída en su aprobación a García. Muy distintos hubieran sido estos números si no se abandona a un trágico destino a los retenidos en la Estación N°6 y si el operativo en Bagua se hacía usando la cabeza, tal como sucedió antes en los desalojos del cercano Corral Quemado en agosto y mayo pasados (¡además que más importante era desbloquear Tarapoto que Bagua!). No tenía por qué morir nadie. No sé cómo se pierde tanto tiempo debatiendo si se debe censurar o no a Cabanillas, cuando no se necesitan ni cinco minutos de valioso tiempo congresal para darse cuenta de que tiene que irse a su casa por inepta, al igual que Simon. Su incapacidad ha generado un gravísimo problema sistémico a nuestra democracia. Es como cuando un niño rompe un vidrio y le das lo que quiere. Pues entonces romperá vidrios diariamente de ahora en adelante.
- Mejor hablemos de cosas ligeras en lugar de hacer mala sangre con tanta ineptitud. Algunas muertes nos hacen sentir más viejos. Aún niño, recuerdo cómo Farrah Fawcett fue la sensación de 1976, con su rostro y su póster con la ropa de baño roja por todos lados, a pesar de que vivíamos en un país bastante cerrado al exterior. No existía la amplia oferta de entretenimiento de hoy en día, así que Los ángeles de Charlie -con Farrah como la estrella- era una serie casi obligatoria por las noches. Incluso su fama aumentó aún más cuando se casó con Lee Majors, que encarnaba a "Steve Austin" en la muy sintonizada serie El hombre nuclear. Su peinado y su sonrisa se volvieron una marca que campeó por doquier y todas las chicas la imitaban. Eran los años de la "dictablanda" de Morales Bermúdez, del "Bowling" de Miraflores, de "larquear", de Rocky, King Kong y La Profecía, de la sorpresiva llegada de un outsider llamado Jimmy Carter a la presidencia yanqui. De otro lado, mis gustos musicales estaban bastante alejados de Michael Jackson, pero su video Thriller fue un avasallante fenómeno cultural que sonó increíblemente. Obviamente, no viví la "beatlemanía", pero me parece que algo similar generó Jackson (ola mundial que no he vuelto a ver nunca después) antes de sumergirse en la locura de decolorarse la piel, hacerse miles de operaciones de cirugía plástica y caer en la práctica aberrante de la pedofilia.
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