A estas alturas, nada justifica que continúe la agitación en la Selva si ya se suspendieron los cuestionados decretos en el Congreso para perfeccionarlos de acuerdo con los nativos y ya el presidente regional de San Martín presentó la acción de inconstitucionalidad en el TC contra esos dispositivos legales para dilucidar su validez. Proseguir con los bloqueos en la Selva y las payasadas humalistas en el Congreso es simplemente mostrar unas maximalistas ganas intransigentes e infantiles de joder (en gran medida para tratar de tumbarse al TLC o capturar el poder a la mala, dado que no tienen los votos. Hay que ser muy necio o ser un miope caviar/fujicaviar para no darse cuenta de que esa es la agenda de muchos. Basta leer el pasquín chavista La Primera, que imprime el Grupo Schütz como increíble cómplice, para encontrar llamados abiertos al golpismo) cuando se está ofreciendo un clima de diálogo, distensión y entendimiento.
Ya estuvo bueno. Ya es hora de poner orden totalmente en la Selva y mostrar que en el país impera la ley y no los berrinches violentos con lanzas y flechas que acaban con policías degollados. Si quieren hacer un paro, pues que lo hagan como es su derecho, pero el Ejército y la Policía deben reprimir implacablemente, sin ningún miramiento, cualquier intento de tomar instalaciones estratégicas o atacar la propiedad privada y pública (espero que nunca más entreguen tontamente las armas que les ha asignado el Estado para defender el orden y terminen degollados. Ya los uniformados se han enterado de cómo acaban los ingenuos que caen en los engaños de las hordas enardecidas). También ya es hora de que se despejen completamente todas las carreteras, dado que no existe ninguna excusa para bloquearlas. Y a la cárcel con todos los dirigentes que alienten la violencia. Asimismo, deben ser expulsadas del país todas esas ONG como Amazon Watch, que han alimentado el extremismo.
Todo esto debe ser acompañado de una profunda y efectiva campaña informativa para despejar todos esos fantasmas que los radicales han sembrado en las mentes y corazones de los nativos. Pero campañas inteligentes, focalizadas, bien diseñadas, sin soberbias occidentalistas, en sus idiomas y de acuerdo con la mentalidad ("cosmovisión", como dicen los huachafos cuando quieren sonar intelectuales) de los nativos y no mamarrachos "gore" para asustar a ancianas citadinas y ofender a las tribus, como ese que transmitieron hace poco.
Y dinero. El MEF debe dejar de ser tan miope, que de nada vale tener la caja fuerte llena cuando la casa está ardiendo. Debe establecerse que los apus manejen directamente una parte de las regalías que se originan en la zona, pero que los fondos no salgan del canon -porque tendríamos mañana a Iquitos y las demás ciudades levantadas- sino del porcentaje que va al MEF. El dinero es un gran calmante y a los nativos no les repugna.
Y ojalá que los congresistas humalistas sigan con su huelga de hambre por un buen tiempo (controlados con notario). Dicen que el ayuno aviva el seso y ellos necesitan eso a gritos.
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